RENTABILIDAD Y VENTAJA COMPARATIVA: UN ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE GUAYABA EN EL ESTADO DE MICHOACÁN

América Ivonne Zamora Torres

1.5. PROCESO DE TRANSICIÓN DE LA AGRICULTURA CONVENCIONAL A LA AGRICULTURA ORGÁNICA

La transición es un proceso organizado y armónico de cambio, de transformación y desarrollo de un sistema de producción agrícola, con el objetivo de alcanzar su sostenibilidad partiendo de un sistema de producción agrícola convencional.

El proceso se inicia con un cambio en la visión de los agricultores sobre sus fincas, con la decisión de trabajar con procesos naturales y comprender que se trata de comenzar un sistema de producción nuevo y distinto al convencional; con modelos que están diseñados para optimizar la salud del suelo y de los cultivos. En ese proceso no es suficiente con dejar de aplicar agro-insumos químicos sintéticos, sino que se necesita, sobretodo, construir un sistema diferente basado en el entendimiento y manejo de los recursos locales, así como de los ciclos naturales de la energía, el agua y los nutrimentos.

La transición se realiza en un tiempo determinado y pasa por una serie de etapas en las que sucesivamente se busca incrementar la eficiencia del sistema, disminuir los insumos dañinos y rediseñar la finca, durante (y más allá) del período de transición es necesario realizar observaciones cuidadosas, llevar registros de lo ocurrido y experimentar constantemente. Esto permitirá tomar decisiones acertadas sobre equipos, labores culturales, etc.

La creatividad y la intuición son características a desarrollar para poder incorporar cada elemento de forma armónica dentro de un sistema integrado. Si se desea sobrevivir al período de transición es necesario tener paciencia y perseverancia.

Durante el período de transición se necesita mucha disciplina y planificación para organizar la finca. Cualquier cambio que se introduzca en las prácticas habituales necesita de una cierta cantidad de ajustes. La conversión de una agricultura convencional a una orgánica es particularmente compleja debido a que no sólo involucra cambios técnicos, sino que conlleva un cambio total de concepción de la agricultura incluyendo otros aspectos como, por ejemplo, la justicia social. Para que la agricultura sea socialmente sostenible, debe promover la salud física, espiritual, cultural y económica de los agricultores, sus familias y comunidades.

1.6. MÉTODOS DE TRANSICIÓN

Para convertir un sistema agrícola convencional en un sistema agrícola orgánico es necesario que se pase por un proceso de transición y para llevar a cabo ésta transición existen tres métodos; (Trujillo, 1999).

Estos métodos ayudan en el proceso de transformación de una agricultura convencional hacia una orgánica: La conversión horizontal, que consiste en incorporar sucesivamente áreas, lotes, parcelas o partes de la finca este paso es gradual y al cabo de algunos años toda el área estará convertida en un nuevo sistema; la conversión vertical, donde se reduce gradualmente el uso de insumos químicos e introducir métodos ecológicos en toda el área, al igual que el método anterior, en algunos años toda el área estará bajo un sistema ecológico y la conversión integracionista que incorpora el elemento de la producción animal para usar racionalmente los residuos y rechazos de las cosechas, la vegetación adventicia y las áreas con dificultad para la agricultura, también aumenta la disponibilidad de estiércol para la producción de compost de buena calidad. Este método puede ser, a su vez, de conversión horizontal o vertical.

1.7. ETAPAS DEL PROCESO DE TRANSICIÓN

Una vez implementado el método seleccionado, durante el proceso de transición podemos observar las tres etapas a seguir en el proceso de transición, estas etapas de acuerdo con Mc Coemack (1990), son:

Etapa de sustitución de insumos: en esta etapa se elimina el uso de sustancias dañinas y tóxicas para el productor, el cultivo, su ambiente y para los consumidores. Se empiezan a utilizar insumos que producen resultados parecidos pero no son dañinos ni producen contaminación. Se persigue, en la

medida de lo posible, el uso de insumos producidos en la finca o aquellos que pueden elaborarse a partir de recursos locales (v.gr. estiércol, gallinaza, semillas de abonos verdes, abonos fermentados, caldos minerales, controles biológicos y botánicos, otros). Sin embargo, en esta etapa, el productor todavía mantiene la estructura de un sistema convencional sin haber superado los problemas inherentes al mismo, continua utilizando sustitutos, especialmente para el control de plagas (v.gr. controles botánicos, biológicos, abonos fermentados, caldos minerales, otros) y no puede producir sin ellos.

Etapa de aumento de eficiencia: en esta etapa se introduce y privilegia el uso de prácticas para recuperar la vida del suelo, mejorar su fertilidad y optimizar las relaciones de los cultivos. Las prácticas más importantes son las de fertilización orgánica, que incluye el uso de compost de buena calidad y abonos verdes. De igual importancia son la construcción de estructuras de conservación de suelos que permiten superar los problemas más críticos de las fincas o áreas de producción, como la erosión y la baja fertilidad de los suelos y al mismo tiempo buscan aumentar la rentabilidad, aunque no aumente la producción. No se hace un cambio brusco, sino gradual.

Etapa de rediseño del agroecosistema: en esta etapa debe tomarse en cuenta el uso más eficiente de la energía, de los ciclos biológicos y de los nutrimentos de las plantas para integrarlos en un sistema más estable y productivo.

Los elementos más importantes a considerar en el proceso de rediseño son: la diversificación de los cultivos, que incluye las asociaciones y rotaciones; la integración de la producción animal y vegetal; el reciclaje de los desechos animales y vegetales y por último la optimización del uso del espacio, con un diseño adecuado de la superficie disponible.

1.8. SITUACIÓN INTERNACIONAL DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA

La agricultura orgánica actualmente se práctica en más de 31 millones de hectáreas las cuales están repartidas en 120 países en los cinco continentes. Cabe destacar el crecimiento acelerado que ha tenido este tipo de agricultura en las últimas décadas ya que el aumento de la producción orgánica de acuerdo con el Internacional Trade Center (ITC) (2006) de Suiza estima que el mercado de orgánicos ha crecido a una tasa promedio del 25% a 30% anual. Se destaca el crecimiento que se ha dado en La Unión Europea con un 34%, seguido de Estados Unidos con un 32%, Japón con un 27% y Canadá con un 23%, siendo estos los países con un crecimiento más sobresaliente en la última década de acuerdo a los datos proporcionados por CIESTAM y la Universidad de Chapingo (2004).

Entre los productos que encontramos en el mercado podemos ver; productos cárnicos, embutidos, pescados, leche y sus derivados, mariscos, frutas, hortalizas, nueces, almendras, papas y otros tubérculos, condimentos, conservas y mermeladas, especies aromáticas, cereales, jugos, aceites vegetales, harinas, cerveza , alimentos congelados, elaborados y semielaborados, dulce, helados, postres, alimentos dietéticos, , sopas, pastas, miel de abeja, café, confitería, té, agua mineral, jabón, pasta dental, shampoo y fragancias entre muchos otros. La superficie sembrada de orgánicos a nivel internacional ha venido creciendo en promedio entre un 20% a 30 % anual (ver gráfica 1).

Tanto la Organización mundial de comercio (OMC) como la Organización para las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) concuerdan en que los principales consumidores de productos orgánicos son los mercados: Estadounidense, con el 47% de las importaciones, el mercado Europeo con el 42% y Japón con el 11%; cada uno de estos con diferentes características, no solo en lo referente a oferta y demanda de los consumidores o las oportunidades de mercado estaciónales, ya que también se encuentran numerosas diferencias en los sistemas de compra y distribución de los productos orgánicos (venta directa, supermercados, brookers, ventas por Internet, catering, etc.).

Dentro de los mercados orgánicos es importante destacar dos mercados básicos el mercado tradicional y el mercado solidario. El mercado tradicional es aquel donde la empresa comercializadora negocio con otra empresa o comercializadora, donde se fija el precio en concordancia con la bolsa internacional o alguna tarifa establecida sobre el precio del mismo producto en el mercado convencional, sumándole ha esta cifra un incremento o sobreprecio que oscila entre el 15 y 50%, en este tipo de contrato se especifican las condiciones de compra venta, pago, entrega etc. En el mercado solidario, mercado justo ó mercado alternativo participan fundaciones como la Fundación Max Havelaar, con sede en Holanda, y las iniciativas de comercio justo Transfair ó Fairtrade Lavelling Organization (FLO), que existen en varios países europeos y Estados Unidos y que en su conjunto (Max Havelaar-Tranfair) forman la Asociación "FLO Internacional", la cual tiene como objetivo regular el comercio entre los países subdesarrollados (principalmente de América Latina y África) y los desarrollados, bajo condiciones justas y eliminando intermediarios. También participa en el comercio de productos diversos no agropecuarios a través de las denominadas "Tiendas del Tercer Mundo". Estas asociaciones procuran el bienestar social, económico y ambiental de los productores marginados; la gran diferencia entre este mercado y el tradicional consiste en el pago, ya que se pretende dar un pago justo por la mano de obra, precios mínimos garantizados además, estructuras, mecanismos, prácticas y actitudes comerciales equitativas.

A este tipo de mercado solo pueden acceder pequeños productores de escasos recursos y representan un plan de desarrollo social a largo plazo y estructura organizacional, entre otros requerimientos, siendo este un mercado restringido a nivel mundial, aunque a la vez se le asegura al productor un precio base y un sobreprecio de 40% (donde se incluyen premios por producto orgánico y premio social). (SOEL, 2006)

A pesar del crecimiento importante que se ha dado en el mercado Europeo, este no ha sido del todo uniforme por lo que es importante analizar el crecimiento de los mercados, y sus diferentes grados de maduración. Al analizar los principales países consumidores de orgánicos encontramos que el mercado danés se ubica entre los principales mercados de productos orgánicos, siendo éste uno de los mercados con más altos índices de consumo per capita en el mundo, sin embargo se ha visto sobre saturado en los últimos años por lo que ha tenido un crecimiento lento en el último período; mientras que Suecia cubre su mercado con el 22% orgánicos que corresponde a las hortalizas y frutas, siendo estas de suma importancia para este país, así como para Alemania, Francia y Reino Unido donde las frutas y hortalizas son un sector muy extenso con un porcentaje de 18.5%, para Alemania; aunque también son importantes otros productos tales como el alimento para bebé para ambos mercados.

Alemania es actualmente el país europeo con el mercado más grande para los productos orgánicos y el segundo a nivel mundial después de Estados Unidos. En Alemania el 20% de los productos que se consumen son provenientes de las importaciones con más de diez países.

Francia es uno de los países de La Unión Europea donde la agricultura orgánica creció más lentamente, ya que en 1994 ocupó el 0.4% del total de la superficie cultivada, debido a su reducida producción de orgánicos, Francia es uno de los principales importadores de alimentos orgánicos y a pesar de sus esfuerzos por incrementar sus granjas tiene una creciente demanda que no será posible satisfacer en el mediano plazo; al igual que en Suiza donde se tiene una tasa de crecimiento de 17.5% ya que es un mercado que continua en expansión debido en gran parte al fuerte interés por los alimentos sanos y la protección al medio ambiente, las campañas agresivas de mercadotecnia y precios competitivos. Mientras que en los Países Bajos(Holanda, Bélgica y Luxemburgo) la venta de orgánicos alcanza un porcentaje pequeño respecto de las ventas de alimentos en general aunque se estima la tasa de crecimiento continué a la alza, el poco crecimiento se debe en gran parte a los altos precios y a la poca oferta de orgánicos dentro de esas zonas, por lo que son unos importantes importadores ya que estos países procesan, envasan y reexportan los productos orgánicos hacia los demás países exportando aproximadamente el 65% de los productos orgánicos que procesan.

El Estándar Agrícola Japonés conocido como JAS por sus siglas en ingles se establecieron apenas en el 2001 y en el período anterior a ese todos los alimentos orgánicos se conocían como "productos verdes", pero después de ser establecido el JAS dos terceras partes de los productos no reunieron los criterios de certificación orgánica por lo que el mercado actual del orgánico es de 350 millones de USD, donde una población de 126 millones de habitantes tiene un ingreso medio alto y el 30% de ese ingreso se invierte en alimentos. Creciendo fuertemente la demanda de productos orgánicos como frutas y hortalizas, jugos, pulpas de fruta, miel y hierbas medicinales. En cuanto a sus importaciones estas son muy altas ya que debido a su poca capacidad de cosecha (por el territorio reducido) importan la mayor parte de los productos que consumen.

Los Estados Unidos son los consumidores más importantes de productos orgánicos y los que tienen la tasa de crecimiento más alta, las ventas al detalle para el 2003 fueron de aproximadamente $11,000 millones dólares colocándose como líder mundial absoluto en producción y consumo de productos orgánicos. Esto representa interesantes oportunidades para países exportadores, particularmente aquellos que producen frutas y hortalizas tropicales que no se producen en EUA y productos que tienen ventanas de baja producción local. También, por supuesto, tienen buenas expectativas los productos orgánicos con valor agregado como los semiprocesados y empacados para ventas al detalle y los productos novedosos y para los mercados étnicos. Igualmente en Canadá ya que importan entre el 80 al 90% de los productos orgánicos que consumen siendo su principal proveedor EUA ya sea de productos cosechados dentro de su territorio o reexportados principalmente de Latinoamérica y de Europa.

En Latinoamérica los países que destacan en cuanto a superficie orgánica son Argentina, Brasil y Chile, aunque estos países no son consumidores, sino más bien exportadores de estos productos. Argentina tiene una de las tasas más altas de crecimiento del sector orgánico en América Latina. En los últimos 10 años, la superficie certificada ha aumentado un 550%. De las actuales 2,8 millones de hectáreas certificadas, 2,6 millones se destinan a actividades ganaderas y 238.000 hectáreas a la agricultura. De las actividades agrícolas, el 74% corresponde al cultivo de cereales y oleaginosas, 16% a otros cultivos industriales, 3% a hortalizas y legumbres y 6% a frutales. Junto con Brasil, tiene uno de los mercados internos de productos orgánicos más desarrollados de América del Sur. Este mercado tiene varias modalidades: a nivel de las grandes ciudades es manejado por cadenas de supermercados que incluyen una gran variedad de productos. A partir del año 2002 se incorpora Chile, que tuvo un importante salto en la superficie dedicada a la agricultura orgánica; Chile y Argentina son los países que han tenido tasas más altas de crecimiento de la superficie orgánica, básicamente por la certificación de praderas para la ganadería.

1.9. SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA EN MÉXICO

La agricultura orgánica en México surgió por medio de influencias externas, a finales de los ochenta en la Región de Soconusco, Tapachula Chiapas debido a que los países desarrollados comenzaron a solicitar productos tropicales y de invierno orgánicos, que en sus propios países no podían cultivar, y comercializadoras, grupos religiosos (Teología de Liberación) y la ONG fomentaron la producción. Se tienen datos de que en 1967 la finca de Irlanda localizada en Tapachula, Chiapas obtuvo certificación internacional de café orgánico y a partir de ese año otras fincas comenzaron a obtener certificaciones (Gómez, M. et al, 2001 ). "…Una corriente muy involucrada con la agricultura orgánica es la Teología de la Liberación (corriente liberal de la religión católica), la cual está fuertemente basada en el fortalecimiento de la religiosidad popular, la cosmovisión indígena y el rescate de las formas de organización comunitaria, además de que promueve un punto de vista crítico en contra del capitalismo y sus mecanismos de exclusión, el respeto por la naturaleza, y sobre todo, la recuperación de l control de los procesos productivos en las comunidades, a través de procesos autogestivos, y la aplicación de formas tradicionales de organización. En este contexto, la agricultura orgánica es un método de producción completamente acorde a sus objetivos, de ahí su impulso y apoyo. En un inicio, estos grupos religiosos estuvieron conectados con organizaciones en los países desarrollados, principalmente por las de Comercio Justo o Solidario (Fair Trade), que proporcionaron algunos créditos y compraron producción. Estos mecanismos de ayuda facilitaron el inicio de la producción orgánica en México creando el importante puente entre producción y mercado. Algunos ejemplos de organizaciones sociales que han recibido la influencia religiosa son las más exitosas en la producción de café orgánico en el país: la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) e Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (ISMAM). Así también las organizaciones de Yeni Navan y Kiee Lu´u en Oaxaca, y Tiemelonlá y algunos grupos que integran la Federación Indígena Ecológica de Chiapas (FIECH)…" (Gómez, M. et al, 2001 ). Otra corriente que surgió poco tiempo después en los estados del norte de México, promovido principalmente por comercializadoras norteamericanas que dieron grandes inversiones a los productores agrícolas mexicanos de esa zona, debido a la fuerte demanda de orgánicos en los Estados Unidos.

La agricultura orgánica ha continuado creciendo a lo largo del país y para los 90's surgieron más proyectos de producción orgánica en diferentes estados y de acuerdo a las estadísticas la producción ha crecido en un rango de entre 20 y 30% anual. En el gráfico 2 podemos apreciar el crecimiento e importancia de la producción orgánica y particularmente la importancia que ha ido adquiriendo la agricultura orgánica en los últimos años.

Los principales estados productores de orgánicos del país CIESTAAM, (2004) son Chiapas con un 42.5%, Oaxaca con 27.3%, Michoacán con 5.3%, Chihuahua con 4.1%, Guerrero con 3.6%, Jalisco con 2.3%, Sonora con 2.2% y Sinaloa con 2% de la producción total como podemos apreciar en la tabla 2.

Los principales productos orgánicos en México son: café (siendo este el más importante), maíz azul y blanco, ajonjolí, mango, toronja, limón, miel, cacao, aguacate, piña, plátano, naranja, nopal, vainilla, leche y sus derivados, huevo, plantas medicinales, y se empiezan a identificar algunos productos procesados como carnes y embutidos, jugos, galletas y mermeladas, entre otros. En la siguiente Tabla (3) podemos apreciar comparativamente la agricultura orgánica respecto de la convencional, por cultivo, así como su participación en el total de producción convencional.

El 85% de la producción de orgánicos de México se destina a la exportación, siendo los principales destinos los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y el mercado Asiático donde destaca Japón. La comercialización se realiza por la ley de la oferta y la demanda de los consumidores, que en este caso son de países terceros, lo que pone en desventaja a los productores, ya que quien comercializa se lleva la mayor ganancia. La mayor parte de la comercialización de productos orgánicos en México se hace por los brokers quienes hacen los contactos entre los productores orgánicos y el comprador del producto en el país tercero, los precios se fijan generalmente con base en la bolsa internacional. La venta de productos orgánicos en el mercado interno es muy reducida, ya que no existe una cultura que demande este tipo de productos. Sin embargo, ya se exhiben en ciertos supermercados nacionales, restaurantes, tiendas naturistas, tiendas de alimentos sanos, dirigidos a cierta elite social con mayor capacidad de compra.

1.10. SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA EN MICHOACÁN

El Estado de Michoacán toma su nombre de la voz náhuatl que significa lugar de pescadores. Se localiza en la parte centro occidente de la República Mexicana. Colinda al norte con los estados de Jalisco, Guanajuato y Querétaro; al este con Querétaro, México y Guerrero; al sur con Guerrero y el océano Pacífico; al oeste con el Océano Pacífico, Colima y Jalisco. Su superficie territorial representa el 3.0 por ciento del territorio nacional, por lo que ocupa el décimo sexto lugar a nivel nacional con una extensión de 59,864 kilómetros cuadrados; en cuanto a la fisiografía del estado podemos ver que presenta contrastes que van desde planicies, montañas y costas. La geología y relieve, el estado de Michoacán se encuentra dominada por la Sierra Madre Sur y la Cordillera Tarasco-Náhuatl, que son los sistemas más importantes del Estado.

 

1.10.1. La producción orgánica dentro del Estado

Michoacán genera el 5.3 % de los cultivos orgánicos a nivel nacional, siendo estos cultivos muy variados y principalmente frutícolas en los que destacan el aguacate, el coco, mango, toronja y maguey entre otros actualmente se le esta dando un fuerte impulso a este sector. En la Tabla 5 podemos apreciar a detalle cual es la superficie agrícola orgánica dentro del estado (CIESTAAM, 2005).

Actualmente en el Estado de Michoacán la actividad agrícola orgánica trata de salir adelante a pasos lentos. Sin embargo comienza a haber resultados positivos especialmente en materia de comercialización internacional, encontrando en Alemania, Estados Unidos y Canadá nichos de mercado importantes que ya son actualmente explotados con éxito. Lamentablemente el mercado nacional sigue presentado problemas para los productos orgánicos. La aceptación por parte del consumidor promedio sigue siendo uno de los principales obstáculos ya que por lo general ellos prefieren sacrificar los beneficios que ofrece un producto orgánico en vez de pagar un precio relativamente más alto por él.

En un entorno globalizado de ardua competencia, los agricultores orgánicos michoacanos enfrentan el reto de inmediato de organizarse para la defensa y promoción de sus intereses comunes.

En el Estado de Michoacán existe actualmente una asociación de productores orgánicos llamada Bioagricultores A.C. la cual cuenta con cuarenta miembros distribuidos a través de todo el Estado, los cuales se dedican al cultivo de los diferentes productos enumerados en la tabla inferior, destacando entre estos el aguacate, el mango, la toronja y el limón persa, por mencionar solo algunos, además de esta asociación existen también otros productores orgánicos independientes a lo largo del estado, que cultivan principalmente productos frutícolas, de los cuales destaca el coco, aguacate, durazno, guayaba, ciruela y mango entre otros.

1.11. La guayaba michoacana

Aunque el origen de la guayaba se desconoce, el área donde se extendió abarca desde el Sur de México hasta Centro América, las primeras plantaciones registradas no son más de 10 hectáreas y datan del año 1980; expandiendose paulatinamente en varias regiones de Aguascalientes y Michoacán, siendo los municipios más destacados para el estado los municipios de Benito Juárez, Jungapeo, Zitácuaro, Susupuato y Tuxpan, municipios en los que se ha observado un fuerte crecimiento a partir del año 2001; siendo actualmente uno de los ocho principales cultivos en los que el Estado de Michoacán ocupa el primer lugar en producción nacional con una producción de 109,645 ton y una superficie sembrada de 8,726 ha; convirtiendose así en un producto importante desde el punto de vista económico, técnico y social, ya que es una gran fuente generadora de empleo debido a que su ciclo es anual por la que la región productora de guayaba tiene un bajo índice de migración, respecto de las demás regiones que conforman el estado de Michoacán (SEDAGRO, 2007)

La variedad de guayabas es amplia dentro del estado siendo estas Calvillo, China, Media, Acaponeta y Criollo; aunque las más representativas en el estado son la Criollo con 168 ton y la China siendo ésta el principal tipo de guayaba del estado con 1,096 ton. (SIACON, 2005), aunque las variedades más conocidas en función de su comercialización se agrupan en blancas y rojas, en relación con el color de su pulpa.

La guayaba para venta en mercados nacionales se cosecha en los colores 4 y 5, pero debido a que la guayaba se va a trasladar a sitios lejanos, se debe cosechar en color 3 ó 4, debido a que en esta etapa el fruto es más resistente al manejo y al transporte, con lo cual su vida postcosecha será más prolongada. En cuanto a la calidad de la fruta se considera en base al tamaño, consistencia, color, limpieza y sanidad, sabor y aroma; de acuerdo con la siguiente tabla.

Primera 4.3 a 5.3 Textura firme, color y limpieza.

Segunda 3.0 a 4.2 Tamaño medio, con un poco de imperfecciones.

Tercera Menor a 3.0 Es la de menor tamaño, de consistencia floja, manchas ocasionadas por plagas y enfermedades como picudo y peca; en estado avanzado de maduración, se vende con un descuento de hasta 30% con relación a la guayaba de primera. Fuente: Elaboración propia, datos de Programa de Apoyo al Fortalecimiento del Sistema Producto Guayaba, Subsecretaría de Agricultura, 2005

Los tipo de guayaba aceptados para exportación son Extra, Primera A y Primera B; aunque depende de las especificaciones impuestas por cada país, ya que en el caso de Guatemala, Estados Unidos y Canadá aceptan los tres tipos de guayaba mientras que en Japón solo la Extra, siendo una desventaja ya que el porcentaje de producción de esta clasificación suele ser muy reducido.

1.11.1.1. La guayaba en el contexto internacional

El cálculo estimado de producción de guayaba a nivel mundial es de 1.2 millones de toneladas, siendo el principal productor India y Pakistán con el 50%, seguidas de México, Colombia, Egipto, y Brasil con el 25%, oscilando el mercado mundial de guayabas alrededor de 6 millones de dólares, equivalente al 0.04% del valor del mercado mundial.

El principal importador de guayaba es Reino Unido, seguido de Estado Unidos, Francia, Alemania, Holanda, Canadá y Países Bajos; cabe señalar que actualmente el principal proveedor de Reino Unido es Egipto.

En cuanto al volumen de importaciones de México se puede decir es algo bajo ya que se reporto para el periodo de enero a diciembre del 2006 un volumen total de 245,343 ton, repartido entre seis países, donde destacan las importaciones hacia: Canadá con un total de 153,049 ton, representando el 62% de las importaciones, Guatemala con 58,854ton (24%) y el mercado Estados Unidos con 38,518 ton (16%); cabe destacar que aunque en el 2006 no se reportaron importaciones hacia Alemania en el 2005 se importo un total de 100 ton a este mercado.

1.11.2. La participación de la guayaba michoacana en la producción nacional

La participación de Michoacán respecto de la producción nacional resulta muy interesante de analizar ya que al observar las cifras proporcionadas por SIACON (2005) se puede apreciar no solo que Michoacán es el líder a nivel nacional de guayaba, ya que aunado a esto podemos ver que es el estado que presenta lo rendimiento más altos, ya que la diferencia en cuanto a productividad con Zacatecas es de casi el doble. La superficie cosechada en el Estado de Michoacán es de 8726 ton mientras que el estado que le sigue tiene una superficie de 6, 819 ton, comparando estos datos con su participación en la producción nacional podemos observar que el rendimiento por hectárea es superior en el estado de Aguascalientes.

La producción del Estado ha venido creciendo puesto que para el año 2001 se contaba con una producción de 101, 693 ton y ya para el 2006 se registro una producción de 120,073.14 ton, es decir un crecimiento de más del 18% en tan solo 5 años, mientras que la superficie de Aguascalientes ha venido decreciendo. Al analizar la producción de guayaba dentro del Estado de Michoacán se observa que su producción principal se concentra en cinco municipios (Figura 2) localizados en la misma región siendo estos: Jungapeo con 43,200 ton, Zitácuaro con 22,880 ton, Juárez con 32,320 ton, Susupuato con 6,336 ton y Tuxpan con 3,144 ton, como se representa en la gráfico 8.

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